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lunes, 16 de noviembre de 2015

RUBRICAS. CARMEN PELLICER .PENSAURUS

Carmen Pellicer

Carmen Pellicer, subdirectora del CEIDE, pedagoga y experta en innovación educativa. Durante su extensa carrera, ha sido profesora en el Fitzharrys School de Oxford en Inglaterra,  ha participado en el programa de innovación educativa ‘Proyecto Zero’ de la Universidad de Harvard y ha colaborado como experta educativa en diversos medios de comunicación. Además de publicar numerosos artículos y libros para niños y adolescentes, colabora con José Antonio Marina en la Universidad para Padres, para la cual ha elaborado los materiales sobre las etapas de la adolescencia.

¿CÓMO HACER UNA RÚBRICA?

Evaluar significa acompañar constantemente los procesos de aprendizaje: desde sus inicios y aquellos factores que los condicionan, durante su ejecución, a lo largo de toda la trayectoria, y sus logros y resultados  finales. En el aula seguimos evaluando cuánto aprenden en términos de contenidos, pero también necesitamos diagnosticar la eficacia de cómo aprenden y cómo utilizan su aprendizaje para afrontar la vida de forma cada vez más madura y feliz. Si creemos que deben aprender a desenvolverse cada vez mejor en los diferentes situaciones que se les presentan de formas diversas, evaluar las competencias significa, que como entrenadores viales, los profesores nos aseguramos día a día de que sus aprendizajes contribuyen a su crecimiento y maduración. Al final, la evaluación por competencias básicas, debe realizar un diágnostico sobre su grado de preparación para comenzar su juventud adulta de modo que puedan autogestionarse de forma autónoma y responsable en el campo laboral y en el personal.

420050Evaluar no significa meramente medir ni cuantificar. No es sinónimo de la calificación o la nota como esperan muchos de nuestros alumnos. Evaluar cómo aprenden a pensar, como el resto de competencias,  significa recoger evidencias de cómo utilizan un aprendizaje concreto en diferentes situaciones, lo utilizan de forma frecuente, y cada vez progresan en su desempeño. Ese es el concepto clave de la evaluación por competencias: Es una evaluación del desempeño, del modo en que usan el conocimiento para resolver situaciones que se aproximen de la forma más concreta posible a la vida real. Para realizarla necesitamos incorporar a nuestras aulas el uso habitual de nuevas herramientas de evaluación del aprendizaje que nos permitan diagnosticar la profundidad de la comprensión de los saberes que las distintas áreas proponen, con la utilización de esos conocimientos en contextos múltiples y plurales, dentro de las aulas y muchas veces fuera de ella. Entre estas herramientas proponemos el uso de rúbricas, escalas, registros, dianas, rutinas… que contribuyan a generar una nueva cultura de evaluación continua y compartida de los aprendizajes.

Una rúbrica es una matriz de evaluación cualitativa especialmente útil para hacer visibles los diferentes aspectos que queremos analizar en una tarea compleja, bien porque el resultado de la misma implique diferentes elementos a tener en cuenta para su evaluación, bien porque se trate de un desempeño difícilmente objetivable (por ejemplo, una lectura expresiva o la redacción de un texto escrito). Con ella, el profesor hará un esfuerzo por explicitar qué es exactamente lo que desea ver en el resultado final o desempeño concreto en sus alumnos, y cuales son los pasos graduales que necesita para que el aprendizaje mejore.

Formalmente, las rúbricas son matrices de doble entrada en las que las diferentes columnas expresan diferentes grados de consecución de un indicador de logro o de éxito en una tarea, y las filas corresponden a los aspectos que desean evaluarse, ya sean vinculados a aspectos curriculares, bien a aspectos competenciales.

4
3
2
1
Grados de consecución
A
B
C
D
Aspectos a evaluar


Habitualmente las rúbricas poseen 4 grados de consecución que irán de la ejecución excelente (4) a la muy deficiente (1). En el grado 3 tendríamos una ejecución buena (“lo ha conseguido pero…”) y en el grado 2 una ejecución que no alcanza el valor medio (“está mal ejecutado o alcanzado, pero al menos sí ha conseguido…”). Existe también la posibilidad de crear rúbricas de 6 columnas, pero siempre en número par, para evitar el término medio en las valoraciones, que es una tentación para los alumnos cuando las utilizan para la autoevaluación. En el cominenzo de una tarea ningún alumno debe estar situado en el nivel 4, porque esto indicaría que el grado de desafío no es suficiente para estimular la mejora. Al final de la tarea, ningún alumno debe quedar en el nivel 1, porque eso supone un avance nulo en el aprendizaje.

829176Es en estos grados de ejecución de los diferentes aspectos a evaluar donde el profesor debe expresar con claridad lo que espera de sus alumnos, describiendo con todo lujo de detalles lo que considera  un desempeño “perfecto” y el camino a seguir para un alumno que se encuentre en un grado de ejecución pobre. Tiene que verse con claridad la diferencia en cada uno de los estadios.

En los aspectos a evaluar podemos encontrarnos con rúbricas en las que se detallan distintos aspectos formales de una tarea (por ejemplo, presentación y limpieza, plazos de entrega, repartos de tarea, ortografía, extensión…) o aquellas en las que, como dijimos anteriormente, se explicitan diferentes aspectos de desempeños o indicadores de logro concretos (por ejemplo, ¿qué espero ver en un alumno que hace una lectura en voz alta adecuada? Tono de voz, expresividad, pausas, velocidad adecuada, entonación…).

Las rúbricas pueden utilizarse en diferentes momentos del aprendizaje:

  • Si la utiliza el profesor, puede diagnosticar el nivel previo del desempeño antes de comenzar la tarea, y compararlos con los resultados posteriores. Si la utiliza al final, le ayudará a determinar los logros obtenidos en el proceso  de su intervención didáctica, y los aspectos de mejora que quedan pendientes.
  • Si la utiliza el alumno como herramienta de autoevaluación, al inicio le orientará en la consecución de su aprendizaje, y le estimulará para centrarse en los aspectos más relevantes en los que tiene que esforzarse. Al final de la tarea le estimula su metacognición y le ayuda a incrementar su autonomía.
  • Si la utilizan los grupos de alumnos para coevaluarse mutuamente, les ayudarán a construir una cultura de colaboración positiva y de apoyo mutuo para la mejora.
El profesor deberá ya, según su criterio y de acuerdo con la madurez, edad o nivel de sus alumnos, definir qué aspectos desea remarcar o hacer visibles en la evaluación del aprendizaje de los mismos, y cómo y cuándo utilizarlas. La traducción de los resultados a una calificación numérica es una regla de 3 simple.

Las dianas, son representaciones gráficas de rubricas simples o escalas, que permiten que los alumnos observen e identifiquen con más claridad sus fortalezas y necesidades, y aplicadas e diferentes momentos, adquieran conciencia de su evolución.Son  poderosas herramientas que permiten expectativas claras de aprendizaje, focalizando el mismo hacia los criterios establecidos por el profesor  y posibilitando, además, la autoevaluación del alumno. Pero sobre todo su uso sistemático genera una cultura de mejora continua del aprendizaje en el aula.







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